La peregrinación, que tuvo lugar el sábado 12 de marzo y en la que participaron todos los miembros del Seminario (el seminarista mayor y los seminaristas menores), arrancó a las nueve de la mañana desde el Rincón de Bécquer, en la ciudad de Soria, punto de encuentro desde el que salieron los autobuses.
En el camino hacia el castillo de Javier, a media mañana, se visitó la localidad de Fitero, cuna del Venerable Palafox, cuya figura se quiso unir en el año de la Beatificación del Obispo oxomense a la peregrinación a Javier. En Fitero, los peregrinos pudieron conocer los lugares donde el próximo beato fue forjando su recia personalidad. Allí, se compartió la comida.
A las tres de la tarde, y unidos a los miles de participantes venidos de toda la geografía española, se comenzó la marcha hacia el castillo de Javier. A lo largo de los ocho kilómetros que separan Sangüesa del castillo todos los peregrinos fueron rezando el Vía crucis, teniendo la oportunidad de confesarse.
A las cinco de la tarde se celebró el momento central de la Javierada, la Santa Misa en la explanada del castillo. Estuvo presidida por el Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela, Mons. Francisco Pérez González. Al finalizar la Eucaristía, los peregrinos pudieron visitar el castillo así como mantener un rato de convivencia entre todos los participantes. Tras la cena, en el albergue de Javier, se regresó a Soria, donde los peregrinos llegaron en torno a las once de la noche.
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