Un total de 12 chicos llegados de algunas parroquias de la capital soriana (El Salvador y Santa María La Mayor) y de otras localidades de la Diócesis (Langa de Duero, Osma, San Esteban de Gormaz, El Burgo de Osma y Duruelo de la Sierra) compartieron con los 17 seminaristas un día de convivencia, de oración, reflexión y diversión.
La jornada comenzó pasadas las once de la mañana en el Monasterio de las MM. Carmelitas de la Villa episcopal. Allí los niños y adolescentes conocieron la vida de las religiosas de clausura, en el día en el que la Iglesia celebraba la fiesta de Santa Teresa de Jesús. Tras este encuentro se dirigieron hasta la S. I. Catedral donde pudieron descubrir la vida de otro gran hombre -éste del S. XVII-, el beato Juan de Palafox y Mendoza, ante cuyas reliquias rezaron durante unos minutos.
La comida, a las dos de la tarde y tras conocer más de cerca las instalaciones y el estilo de vida del Seminario, dio paso a un apasionante partido de fútbol entre los seminaristas y los monaguillos.
Tras el encuentro deportivo, los niños y adolescentes dedicaron un tiempo a reflexionar en torno a la vida de otro gran cristiano, el beato Juan Pablo II. En este encuentro, unidas las vidas de Santa Teresa de Jesús y de los beatos Juan Pablo II y Palafox, se les propuso, en palabras del delegado episcopal de pastoral vocacional y Formador del Seminario Menor, Rubén Tejedor Montón, “la santidad como la más alta y mejor meta de la vida […] pues todos estamos llamados a este destino que puede ser alcanzado por todos en las distintas vocaciones a las que Dios llama”.
Un video sobre la vida del Papa beato, unos momentos de reflexión en torno a la vocación al sacerdocio, algunas preguntas de los presentes y la foto de grupo puso el broche de oro a este primer encuentro de monaguillos en el Seminario.
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